El día 6 de enero de 2013, encontré el regalo que llevaba esperando 35 años... increible pero cierto.
Conocí
la thermomix cuando tenía 20 años (ahora tengo 48) y a penas la conocía
nadie, pero la tenía una chica de la pandilla, alemana casada muy
jovencita con un malagueño.
Como eran los únicos que tenían casa, allí veíamos los partidos de
futbol. Desde que la vi utilizarla por primera vez, para hacer los
aperitivos y la comida para el bebé que tenían, me enamoré de aquel
electrodoméstico
fantástico que ella trajo de Alemania.
En
fin, por unos motivos y otros, entre ellos su elevado precio, no la he
tenido hasta ahora, por decisión
de toda la familia, que, por fin, han pensado que sería un regalo que
podría gustarme... Aunque me sorprendí muy gratamente al verla, sabía
que le estaban dando vueltas a la idea cuando mi hijo, de 12 años, me
dijo un día
de Navidad: "qué cara es la thermomix mamá..."
Este
primer día sólo fui capaz de mirarla y ver algunas de las recetas que
venían
en un libro (que al coger cada uno sus regalos de Reyes del árbol, era
lo único que yo tenía, un recetario de dulces (me encanta hacer
postres).
El
día 7 me llamaría la señora a la que se la compró mi marido para quedar en casa para enseñarme a utilizarla. ¡Estaba deseando!
Así,
he pensado compartir con todo el mundo cada receta, las modificaciones
que incorporo y los desastres que hago... Espero que os guste.
Pero, por Dios, cómo no me habías hablado nunca de ese deseo insatisfecho? 28 años!!! Ya hablaré yo con Fernández. Si llego a saberlo, te presto la mía por temporadas. La tengo desde el 2000, y la verdad es que ahorra trabajo. Yo no soy "cocinilla" como tú, pero sí que le saco partido, sobre todo en verano, para los gazpachos, salmorejos, ajobanco, limonadas etc.
ResponderEliminarEn invierno las cremas de calabacín y otras muchas.
Me alegra verte tan contenta.
Besitos, preciosa.